Me enfrento a esta blancura infinita con total desanimo. No quiero escribirlo, pero necesito que exista. Un testimonio, una despedida, algo. Necesito sacar de alguna manera el dolor extra de este fracaso. Con suerte funcionará y dormiré un poco más, te veré un poco menos en cada rincón y dejaré de llorar al escuchar tu nombre.
No vi a la muerte sobre ti, como suele pasar. Me aterraba la posibilidad, pero la incertidumbre prolongada no fue mucho mejor: termino por agotarme. Por dejarme sin aliento. Veía tus ojos anhelantes y solo encontraba dolor. ¿Era mío, tuyo o el de ambos? ¿O quizás solo mi imaginación hiperactiva?
No quería perderte, así que me aferre tanto como pude. Hice tanto como pude, traicionando mis convicciones, sintiendo culpa continuamente. Sádicamente. La culpa sigue aquí, no te preocupes. Me perseguirá y torturara por un buen rato (o para siempre), en tu lugar.
Te fuiste y el silencio es abrumador.
El vacío se apodero de mi corazón.
La soledad invadió mi alma rota.
Y la oscuridad ahora eres tú.
Extrañarte es poco. No sabía lo mucho que tu vida, tus hábitos, tus locuras… se mezclaban en la mía. Lo entretenido que era mi día gracias a tu existencia. Lo mucho que me apoyabas exigiéndome atención o cariño. Me regalaste cinco años extraños, que saben a poco ahora. Fuiste un tifón cruel y malvado por irte de una forma tan ridícula… y mía. Gracias por reírte en mi cara, ahora tendré que buscar otra forma de llegar hasta el infierno. Contigo.
Negras lágrimas lloro.
Kuroi Namida – Anna Tsuchiya
No tengo nada, me siento tan triste…
Soy incapaz de describirlo con palabras.
El cuerpo entero me empieza a doler.
No soporto estar sola.