-what lies beneath-

A ella ya no le importaba nada, en su corazón solo quedaba indiferencia y frialdad. Cualquier tipo de interés sincero por algo se había desvanecido para siempre, hacia tanto… que se sentía como otra vida.

Profecías encubiertas en ficción o mera predisposición, aquí estamos, cumpliendo el designio autoimpuesto a la perfección, añorando maldiciendo el primer momento de lucidez incompleta pero determinante. No debí ver ese cielo falso, no tenía que darme cuenta de la verdadera naturaleza de los millares de ojos muertos y ansiosos. No a esa edad, no a ninguna.

La felicidad, la tranquilidad, la paz, ¡como quiera llamarse!, no está en la cabra perdida del bosque negro. No. Todos hacen bien en ni siquiera escuchar su débil murmullo, mucho menos en aguantar su mirada.

¿Por qué yo? ¿Cómo vuelves de eso?

La visión esta allí, impregnada en el fondo de mi ¿conciencia? ¿alma? ¿ser?, arrastrándose, carcomiendo, infectando. Todo es dolor, todo es oscuridad, todo es ira, todo es odio. Quema, sacrifica, salva, sé nuestro heraldo.

He perdido tanto. Pero hay algo que no logro identificar, algo que he buscando por meses infructuosamente, algo importante que se ha desvanecido dejando un rastro de melancolía tan pesado…

Un sonido, una palabra, una voz… ¿qué era?

Busco en archivos viejos una y otra vez: nada. Quizás nunca existió. Quizás solo intento obsesionarme para no admitir lo inadmisible: Ya no importa. Si me muevo o no, si pienso o no, si me levanto o no, el resultado es el mismo: mi destino esta escrito y yo lo supe desde el principio. O lo intuí. Y lo filtre como palabras románticas vacías enalteciendo el terror cósmico que me consumió cuando niña.

El terror que conocí mejor años después bajo la mirada de otro ser de la noche, ya muerto, pero con un legado para todos los que le sucedimos. No puedo ser la única, no. Somos pocos, pero estamos allí. Y a como parece ir el mundo hoy, estamos ARRIBA, sabemos, reímos y ejecutamos. Nuestro pacto será cumplido: Todo por Nada.

Qué idea más maravillosa.

Aún si somos destrozados, devorados y consumidos completamente, con tal de ver por un segundo esa realidad perversa… nuestro largo camino de rechazo a cada aspecto de la condición humana habrá valido la pena.

Apresúrate y termina con mi sed infinita, Apocalipsis.

Porque si todo era olvidado, nada habría existido. Nada. Ni siquiera ella.